lunes, 16 de febrero de 2015

Con 4 puntos de margen

Más allá de romper la inercia negativa en la que parecía haberse instalado la Unión Deportiva Logroñés a domicilio, el triunfo en Somozas permite a los riojanos preparar con la confianza mental necesaria el duelo que les enfrentará este domingo en Las Gaunas ante el líder Oviedo. Los resultados de este fin de semana, además determinan que la victoria lograda en el Manuel Candocia es más importante de lo que a simple vista parecía. Los blanquirrojos son cuartos en la tabla, empatados con el Racing de Ferrol, tercero, con 45 puntos. Los ferrolanos se están convirtiendo en un bloque dispuesto a instalarse entre los cuatro primeros, al menos eso dicen sus 10 de 12 puntos sumados. El Murcia, segundo, con 51 puntos abre hueco gracias a sus 5 victorias seguidas, mientras que el Oviedo, con 57, juega en otra liga tras encadenar 26 de los últimos 30 puntos en juego (8 victorias y 2 empates desde que perdiera contra el Zamora 0-1 el pasado 30 de noviembre). Debajo de los riojanos, el Guijuelo ha enlazado 5 derrotas seguidas, lo que le dejan quinto con 41 puntos, es decir, los de Carlos Pouso ya saben que el lunes próximo, pase lo que pase, van a continuar en puestos de fase de ascenso. La Cultural Leonesa, irregular en sus marcadores, tiene 40, mientras que Valladolid B alcanza los 37 puntos. El Compostela, por su parte, sufrió este domingo un revés importante tras caer ante el Racing de Ferrol por 0-3. De esta forma, los de Iñaki Alonso tiene la cuarta plaza a 9 puntos, bastantes en estos momentos.

Es lo que tiene jugar los sábados, que hay que esperar a conocer el resto de marcadores de la jornada para valorar si los 3 puntos sumados tiene más o menos valor (se supone que el mismo) respecto a los rivales. Y en este caso, los blanquirrojos no se pueden quejar. Lo más importante era resolver esos problemas de adaptación que han traído en jaque a la UDL como visitante. Y el terreno de juego, blando, exigía concentración para ser práctico en defensa, más directo de lo habitual en ataque, así como presionante y sobrio en la medular. Directrices que siguió el conjunto riojano desde el comienzo. En apenas 6 minutos, Menudo y Chevi amenazaron la meta del Somozas. El sevillanos buscó la vaselina, el centrocampista tiró de lejos y, de nuevo, el andaluz pudo marcar en la oportunidad más clara de los visitantes en la primera mitad. Gran comienzo, sentando las bases de lo que debía ser el triunfo después de casi cuatro meses a domicilio (el último databa del 19 de octubre frente al Avilés, 0-1).

El Somozas parecía tocado, pero reaccionó. Jugaba en casa y aprovechó la estrechez del Manuel Candocia para ir cambiando las sensaciones. Momentos en los que el UD Logroñés se vio superado en la medular. Acusó que sin balón, le cuesta salir. Le faltaba ir tomando oxígeno. Muneta y Chevi tenían que estar más pendientes de defender que de atacar y eso no es bueno para la dirección blanquirroja. Jacobo Trigo trataba de multilpicarse para ayudar a una defensa inédita que cumplió y que obligará a Carlos Pouso a pensar de cara al duelo ante el líder. Miguel mostró su versión buena, la que necesita este equipo, la de la seguridad en los balones aéreos y la de la fiabilidad debajo de los palos. Así evitó lo que podía haber sido el camino de la derrota con una par de acciones ante David López y Héber Pena. El descanso le venía bien a la UDL. Tocaba recuperar.

Y como sucediera en el primer tiempo, los blanquirrojos volvieron a imprimir esa intensidad que les hace superiores al resto de rivales. El esférico no salía del campo local, lo cual era una buena señal. Íker Alegre amenazó con infinidad de tiros lejanos, lo cual era una preocupación para los verdiblancos. Llegó el minuto 61. Córner a favor de los visitantes. Menudo la pone en el primer palo, Jacobo Trigo, forzado por un defensor, prolonga y Chevi, llegando al segundo palo, cruza para marcar el tanto de la victoria. Con media hora por delante, se intuía que el Somozas iba a exigir a la UDL. Lo hizo. Sobre todo cuando Míchel Alonso hizo los tres cambios en aras de una mayor presencia en las acciones de ataque. 

Ahí estuvo férreo el cuadro blanquirrojo. Con Menudo (Ubis le reemplazó en los minutos finales) e Íker Alegre en busca de alguna contra que sentenciara el choque, con Miguel Santos, sustituyó a Titi, para ayudar en el perfil diestro a Zubiri y con Abaroa, entró en lugar de Muneta, para dar mayor presencia física en la medular, la UDL tiró de solvencia. Retrasó su línea de presión, el Somozas empujó, pero no se incrustó junto a Miguel. Los locales abusaban del juego directo y ahí Herreros y Álex Santelices estuvieron firmes. Zubiri y Sergio Martínez también respondieron con nota y salvo un tiro de Héber Pina, centrado que atajó el meta riojano, y un remate de cabeza de Jordi Martí, que también detuvo Miguel, los riojanos no concedieron ocasiones. 

En definitiva, la UDL recuperó lo que había hecho durante la primera vuelta como visitante. Partido equilibrado, con alternativas y pocas ocasiones en ambas porterías. Pero este sábado los blanquirrojos sí tuvieron esa eficacia que en otras citas faltaba. A ello se unió la seriedad defensiva, el apenas conceder oportunidades a su rival y, sobre todo, la adaptación a un terreno de juego más estrecho de lo habitual, y con un piso blando que obligaba a tener claro lo que hacer cuando a un futbolista le llegara la pelota para evitar errores. Porque, como ya he apuntado varias veces, la Segunda B condena más el error que el acierto y la clave para estar arriba pasa por no fallar en tu área y contar con el acierto en la rival. Fácil de decir, pero difícil de ejecutar. Lo que preocupaba era que el UD Logroñés fuera tan frágil defensivamente hablando en los últimos partidos a domicilio.

Mención aparte necesita una zaga novedosa, obligada por las circunstancias. Había dudas sobre el rendimiento en conjunto. Zubiri, desplazado al lateral es más vulnerable, Herreros llevaba dos semanas sin entrar en la lista y Álex Santelices, por unas cosas u otras, no ha tenido continuidad. Sin embargo, salvo pequeñas cosas, inevitables pero a veces imperceptibles al ojo del aficionado, cuajaron un gran partido. Tanto que ahora Carlos Pouso deberá sopesar qué hacer: darles continuidad o recuperar su defensa más habitual (Moisés ha sido fijo en el centro de la zaga, Julio Rico ha demostrado ser imprescindible bien como central, centrocampista e incluso lateral, mientras que Gago también ha gozado de la confianza en el lateral). Haga lo que haga, más allá del rendimiento que den, el resultado determinará si su decisión ha sido la adecuada (lo cual es injusto porque puede que cometan infinidad de imprecisiones y el marcador le sonría; o, por el contrario, si cuajan una gran actuación pero la derrota llega, las críticas por mantener o cambiar la defensa arreciarán). Pero para eso están los entrenadores, para tomar decisiones.

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