lunes, 5 de mayo de 2014

Derbi sin fútbol pero con consecuencias

Un tiro entre los tres palos en algo más de 90 minutos. Más allá de las emociones que depara para unos y otros aficionados, el derbi logroñés, en lo estrictamente deportivo, fue horrible: juego trabado, sobre todo en la segunda parte, pocas jugadas hilvanadas, mucho balón aéreo y segunda jugada, escasas, por no decir nulas, ocasiones de gol y un único tiro a puerta (hubo dos, un remate de Ubis que acabó en gol, pero que fue anulado por fuera de juego), por lo que los dos porteros apenas tuvieron que intervenir (estar atentos en las acciones de estrategia defensivas). Con esa bagaje y tal como transcurrió el choque, las tablas debieron ser las más sensatas, pero estaba claro que el enfrentamiento entre vecinos debía dejar consecuencias para unos y otros. 

De esta manera, con el triunfo de la Unión Deportiva Logroñés los de Raúl Llona ponen fin a su sufrimiento al certificar la continuidad en la categoría, mientras que la Sociedad Deportiva Logroñés se jugarán a domicilio en Ourense poder pelear por la fase de promoción, para lo que necesita un punto, independientemente de lo que haga el Caudal, que tiene perdido el golaveraje con los pupilos de Agustín Abadía. Si los riojanos no suman y los asturianos superan al Guijuelo, los blanquirrojos descenderán a Tercera. Es decir, que los logroñeses buscarán en O Couto poder pelear durante dos semanas más por su continuidad en Segunda B en la fase de promoción, un mal menor.

¿El partido? Seguramente la visión sea diferente para unos aficionados que para los otros. Eso por descontado. Pero no hubo nada extraño ni en las alineaciones, las esperadas, ni en el desarrollo del juego, poco fútbol, mucha intensidad, emoción, juego trabado... y escasez de oportunidades de gol. Si acaso puede que el colegiado no estuviera a la altura del choque, puesto que si durante la primera mitad dejó jugar, apenas tuvo protagonismo, en la segunda se decantó por pitar todo (lo que vio), por no permitir los contactos y por ir desquiciando a los futbolistas de la SDL, que se sintieron perjudicados por esa manera de tomar decisiones. Esa disparidad de criterios no hacen ningún bien, por cuanto generan desconcierto en el futbolista, que a altas pulsaciones acostumbra a perder el norte. Esto no quiere decir que desde aquí se justifiquen las expulsiones de Moya, reincidente en abandonar los partidos antes de tiempo, y de Gonzalo, al acabar el duelo; dos futbolistas que se 'borran' para el enfrentamiento ante el Ourense. En el caso de Iñaki Jiménez la segunda amarilla es bastante rigurosa. Pero es entendible también la pasión de los futbolistas de la SDL cuando mediada la segunda parte Gil, en una falta lateral, agarró por la cintura a Ledo dentro del área impidiéndole poder llegar a la pelota. Con lo que había en juego, una pena máxima podía haber cambiado el desarrollo del partido.

Sin embargo, la alegría se quedó en las filas de la UDL. En este sentido, Raúl Llona adivinó patrón del encuentro, ya que sus futbolistas saltaron al césped con un planteamiento definido: evitar errores en defensa, no arriesgar, ser contundentes en las disputas, aprovechar las segundas jugadas e intentar explotar las bandas en ataque. Falló en el último apartado y en poseer, cuando la ocasión lo requería, más la pelota para mover a su rival. Pero la prioridad era que la SDL no pudiera correr, que no tuviera espacios sobre los que Javi Torres, sin duda el futbolista que más sensación de peligro transmitió, o Tamayo pudieran dar oxígenos a los suyos. De esta manera, el duelo se iba a decidir en las acciones de estrategia, una parcela que ha dado a ambos equipos varios puntos. Ahí, la UDL tuvo más oportunidades, gran cantidad de saques de esquina y faltas laterales. Precisamente en un falta, no podía ser de otra forma, vino el tanto de la victoria. Ibai puso el balón, la zaga despeja de forma timorata, Goñi se inventa una medio chilena dentro del área y Moisés se mete en la trayectoria para empujar el esférico a la red. Sin duda en ese minuto 36, con el 0-1, se podía intuir que la SDL lo iba a tener complicad para darle la vuelta y eso que todavía restaba casi una hora para el final.

No hay que ser muy adivino para reconocer que la SDL tiene carencias en ataque. Desde hace unos meses, las bandas, últimamente Del Puente y Laencina, más que generar acciones de ataque son los que las finalizan. De esta manera, los de Agustín Abadía tratan de explotar sus transiciones ofensivas, tras robo de balón, para aprovechar los espacios que dejan sus rivales atrás. Pero su oponente, previsor, limitó ayer las subidas por banda de sus laterales (Sergio Martínez estuvo más pendiente de guardar su sitio que de ayudar en ataque), además de minimizar regalos en la medular o en la zaga e incluso trabajó para parar las posibles acciones de contra

Con ese panorama, la SDL debía crear de la nada, por lo que las pocas opciones de poder empatar llegaron en jugadas de estrategia, aunque sin crear verdadero peligro. De hecho, una aproximación por el extremo diestro, pase raso de Del Puente, que Tamayo, con oposición, no llegó a rematar fue lo único potable. Sólo cuando Javi Torres (acabó lesionado), con espacios, cogía la pelota se podía advertir que a lo mejor ocurrió algo. Cierto que Candelas le dio un poco más de fuerza e intensidad en la medular, pero a Fran Sota le cuesta, desconozco si será cuestión de confianza, asumir los galones y dirigir a los suyos.

Por su parte, la UDL tenía el el choque donde quería. Además, el desquiciamiento que iban adquiriendo los jugadores rivales iba en aumento con el número de faltas que el colegiado pitaba en contra de la SDL. Moisés estaba atento de no perder el sitio, mientras que Goñi e Ibai, a veces, las menos, querían poner un poco de calma y hacer correr a su rival. En ataque le costaba hacer cosas, por lo que Ubis, bullicioso y fajador, realizó un trabajo oscuro pero productivo para los suyos. Llegó entonces la expulsión de Iñaki Jiménez en una acción rigurosa. Es decir, que la adrenalina de los locales fue en aumento.

Hay que añadir que Ledo, muy caliente, se llevó una amarilla por una carantoña a Goñi (fue más de "he ido fuerte y al balón" que de ir a provocar) y que fue objeto de un penalti, muy claro por agarrón de Gil en una falta lateral (en otra falta desde la misma posición previamente también hubo tiranteces entre ambos que concluyeron con un derribo del capitán de la SDL). Todo ello fue sumando, probablemente, para que Moya, ya con una tarjeta, protestara en exceso y viera la segunda, dejando a su equipo con nueve (y lo que es peor sin su presencia en Ourense, sin duda una falta de responsabilidad) ante los problemas, de gente, de su equipo en la parte defensiva.

El encuentro, como era de esperar, se fue diluyendo con una SDL estéril, incapaz de acercarse a Sergio López, mientras que la UDL tiró de tablas, no lo entró el miedo habitual por ir ganando, supo mantener la calma y administró con paciencia los minutos finales para que su rival no tuviera ni siquiera una. Una victoria trabajada y buscada que, sin embargo, no debe ocultar las dificultades que ha mostrado el equipo para lograr la permanencia. Aunque eso será cuestión de analizar cuando el balón deje de rodar. Por ahora, el 'marrón' se queda en el lado de la SDL, que tiene tajo en Ourense para asegurarse la promoción, y pelear por evitar el descenso en una eliminatoria a doble partido en la que sólo vale ganarla. Los de Agustín Abadía deben sumar en O Couto porque el triunfo del Caudal ante el Guijuelo condenaría a los blanquirrojos a su retorno a Tercera.

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