miércoles, 21 de agosto de 2013

La continuidad como ventaja

La Sociedad Deportiva Logroñés insiste en su exitosa apuesta. Si su debut en Segunda B se saldó con una meritoria décima posición, ahora le toca superar esas prestaciones. No será fácil porque casi siempre es más complicada la segunda temporada en una categoría que la primera. Aunque el cuadro blanquirrojo cuenta con una importante ventaja para este curso: la continuidad del bloque. Partiendo desde el entrenador, ya que Agustín Abadía afronta su cuarta temporada en el banquillo. En cuanto a los jugadores, más de lo mismo, puesto que sólo hay cinco incorporaciones: el polivalente defensa Óscar Loza, el lateral izquierdo Alcántara, los centrocampistas Jiménez y Rojas, además de Mario León, que puede ejercer de extremo o de enganche. Como se puede comprobar, juventud, juventud y juventud.

A lo mejor es que no le queda otra. Con un presupuesto limitado (498.000 euros), donde no se hacen locuras, parece que la búsqueda de efectivos no es tan sencilla como pudiera parecer. Si uno comprueba el lugar de nacimiento de los 22 jugadores de la SDL comprueba que sólo tres no lo han hecho en La Rioja: Mandaluniz (Bilbao), Moya (Barakaldo) y Alcántara (Murcia). Quiero este decir que aunque se presuponga que tiene más opciones entre las que elegir, al final debe dar salida a jugadores sin experiencia en la categoría, con lo que eso significa, o a futbolistas que deben asumir una bajada de sueldo en sus pretensiones iniciales. En este sentido, la política de dar continuidad al bloque es algo necesario.

Entre los debes para esta campaña, Agustín Abadía es consciente de que el rendimiento general del equipo debe mejorar en la faceta defensiva. Encajar 60 goles y lograr una buena clasificación exige un esfuerzo mayor. Quizá por ello, el preparador de Binéfar haya insistido en el aspecto defensivo durante la pretemporada para evitar uno de las características habituales durante la temporada pasada: la irregularidad. Cierto que el equipo poseía una fortaleza mental fuera de lo común, pero, para el aficionado, no era de recibo ir a Lezama y encajar 5 goles, visitar Barakaldo, por ejemplo, y regresar a Logroño con el rabo entre las piernas. Este curso debe existir una mayor constancia en la contundencia defensiva, porque este grupo demostró sobreponerse a las adversidades (será casi imposible encontrarse con tanta plaga de lesiones y sanciones en la parcela defensiva), así como los futbolistas evidenciaron una capacidad camaleónica para ser polivalentes, en muchos casos por necesidad. Es decir, factores que habitualmente perjudican al funcionamiento de una plantilla, en este caso, resultaron positivas para la evolución de algunos jugadores, caso de Ledo o de Gonzalo.

Evidentemente, Abadía intensificará los mecanismos que tan buen resultado le dieron a la SDL: presión, velocidad tras robo, contragolpes letales, adaptación al rival... Ya lo apuntó durante la temporada y es algo a lo que deberá darle una vuelta, el tema de la posesión. El equipo se encontraba cómodo con la pelota, pero era poco incisivo en ataque y se mostraba vulnerable cuando le robaban el cuero, de ahí que, en muchas ocasiones, se buscaran otras cosas: esperar o presionar (en función del rival y el momento del partido) para robar y ser más directos y verticales. La alternancia puede ser importante en una categoría en la que siempre se condenan los errores y tratar de buscar el fallo en el contrincante puede ser un aliado.

Respecto a los futbolistas, sin duda, hay un vacío importante, la retirada de Gerardo. Su marcha, como líder dentro del campo, se echará de menos y es el momento de que otros hombres asuman esos galones. Moya, por trayectoria, debería apropiarse esa responsabilidad. También será importante, ojalá, que Fran Sota tenga continuidad, que las lesiones y/o su estado físico no impidan ver una versión frágil de un futbolista con mucha calidad que apenas ha mostrado sus virtudes. Sin duda, la aportación ofensiva del equipo mejorará con su regular participación. Como ya se pudo comprobar la temporada pasada, la labor del capitán Miguel es fundamental. Pero también es cierto que, en fases del campeonato, estaba fundido. Cuidarlo y mimarlo, no exigirle más esfuerzos de los necesarios, puede ser clave para que se vea a un Miguel más alegre y menos oscuro dentro del campo. Olavarrieta tiene que ser otro eje importante. Su zancada, su trabajo e insistencia, además de su gol tienen que servir para el crecimiento de la SDL. Asimismo, me interesa saber si Ledo tiene límites o no después de su gran evolución demostrada la pasada campaña. Además, hay otra serie de futbolistas que deben aportar su granito de arena al colectivo: Toledo, Del Puente, Candelas, Metola, Tamayo, Gonzalo, Laencina...

En cuanto a los nuevos, Alcántara apunta a lateral izquierdo habitual, Loza puede ser una de las sorpresas agradables, mientras que Rojas y Jiménez quizá cuenten con un protagonismo menor. Por su parte, Mario León puede ser una opción interesante para dar una vuelta de tuerca al equipo en tareas ofensivas. Además, hay que esperar que tanto Salazar como Yécora se recuperen perfectamente (esto es lo más importante) de sus respectivas lesiones para que se integren al grupo y puedan ser dos efectivos más con los que Abadía pueda contar. De lo que no cabe duda, al menos hasta la fecha lo ha venido haciendo el técnico blanquirrojo, es que va a ir a muerte con sus 22 jugadores, a los que va a intentar exprimir para que den el máximo renidmiento en beneficio, eso sí, del grupo. El punto de partida, este sábado frente al Coruxo.

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