Cierre a la temporada

¿Y ahora qué? El fútbol riojano ha dado carpetazo a la temporada. En Segunda B, la Unión Deportiva Logroñés ha terminado con buenas sensaciones y con una racha positiva de resultados brutal, lo que cual mitiga su decepcionante transitar hasta los primeros meses del años. Con la esperanza de dar continuidad al bloque que ha permitido este resurgir, José Ignacio tiene tajo. De momento, Castilla, Ormazábal, Jano y Raúl Torres ya han renovado (un portero y tres defensas). A ellos hay que unir a Alejandro, con contrato en vigor, y a Raúl Iturralde, centrocampista defensivo, fichado tras su estancia en el Guijuelo. Uno que ha roto las negociaciones ha sido Nacho Fernández. Su trabajo en las dos temporadas que ha permanecido ha sido encomiable. Ha sabido adaptarse. El ejercicio anterior mantuvo un nivel físico espectacular en la medular. Parecía omnipresente y fundamental para dar equilibrio. Sin embargo, este curso no ha estado tan fino, se le han visto sus carencias a la hora de sacar el balón jugado y ha sufrido más en el campo. Sin embargo, supo acoplarse como central y junto a Jano ha formado una pareja que transmitido seguridad. Es inevitable pensar que los siguientes en pasar por la oficina deberían ser Iñaki, Manu García o los complicados De Paula o Cervero. Moustaphá también oye cantos de sirena y, al parecer, tiene encima de la mesa una oferta del Getafe B. Veremos cómo se suceden los acontecimientos.

En lo que respecta a Tercera, la Sociedad Deportiva Logroñés logró el ansiado ascenso. Momentos de euforia e ilusión, pero también  de hacer cuentas y buscar, en el ámbito deportivo, un bloque que le dé opciones para tratar de conservar la categoría. Con poco dinero, un presupuesto que superará el medio millón de euros, con una plantilla no profesional, en la que sus jugadores compatibilicen sus trabajos con el fútbol y con entrenamientos a media tarde y no a última hora de la noche. En este sentido, se descarta que los futbolistas se ejerciten por la mañana, ya que sería inviable para la entidad. Con casi la certeza de que disputará sus partidos en Las Gaunas, como la UDL, y con la sensación de que el socio tendrá que hacer un nuevo esfuerzo, y un cambio de mentalidad (ya no se verá la clasificación desde los puestos nobles), para que su equipo siga adelante. Con Agustín Abadía al frente, a falta de concretarlo, y con la continuidad de bastante jugadores que han hecho posible el ascenso a Segunda B, la SDL quiere hacerse un hueco en la división de bronce. Mucho ánimo.

Del resto, Alfaro, Haro y Varea, en los tres es casi segura la continuidad de sus entrenadores (Eduardo Arévalo, Roberto Ochoa e Iñaki Pacheco, respectivamente). Se ha metido en la fase de ascenso y han competido. Al Alfaro le pasó factura el aspecto físico, al Haro le hizo mucho daño el segundo gol encajado en el tiempo añadido en Almendralejo y el Varea ha pecado de cauto en las primeras partes de ambos partidos. Más experiencia para todos ellos de cara a la nueva campaña. Una temporada que se presenta incierta en muchos clubes. Por el momento, la bajada de presupuesto será más que notable en todos sitios. El caso del Anguiano parece el más evidente, que tras cinco temporadas seguidas en 'play off' y tras una decepcionante campaña apostará por juntar sus dos equipos y dar más importancia a la juventud. Es decir, sus metas deportivas van a ser diferentes y la consolidación en la categoría es su objetivo. Calahorra, es de suponer, continuará con su filosofía de dar importancia a la gente de casa, algo similar a lo que hará el River Ebro. La Oyonesa se encuentra en esa peligrosa fase de saber hacia dónde tira. Con Jorge Ochoa como entrenador, habrá que esperar hasta saber qué proyecto maneja. El Náxara sí que repetirá con los mimbres de esta última campaña, incluido Nacho Ruiz, y es de suponer que su pretensión pasa por pelear hasta el final por la fase de ascenso. Buen punto de partida. Las dudas aparecen en Arnedo. Hay elecciones a nuevo presidente y hay que esperar si hay algún candidato. Mientras que en el caso del Vianés parece que se apuesta por dar un salto más cualitativo con Iñaki Santibáñez. Por su parte, Pradejón, Agoncillo, San Marcial, Berceo, Yagüe, Villegas, Rapid, Aldeano, La Calzada y Calasancio tienen un objetivo común: la permanencia. Puede que Agoncillo y San Marcial, por tradición y años en la categoría, vuelvan a la mitad de la tabla y no pasen apuros, pero el resto, tirando del bloque de la última temporada sólo pueden pensar en la salvación. Suerte a todos.


En cuanto a Regional, hay que ver cuántos equipos forman la categoría. Algún filial dejará de existir, caso del Anguiano B, mientras que habrá que esperar para saber si el resto al final sí compiten. Ocurre algo parecido con Los Titanes, que es de suponer abandonen la categoría, después de una segunda vuelta para olvidar. Autol, EDF Logroño, Casalarreina, Alberite, San Lorenzo y Cenicero continúan, a los que se unen los recién descendidos Tedeón y Bañuelos. Sobre el Ciudad de Alfaro se esperan movimiento y mucho se ha hablado de que pase a ser el filial del Alfaro, como ha pasado esta campaña en Calahorra con el AF. Momentos de dudas. Por lo menos, la buena noticia será el regreso del Balsamaiso a Regional. Incluso puede que no se la única novedad en la categoría. Eso está bien.