lunes, 31 de agosto de 2015

Los desajustes limitan a la UDL

El fútbol es incontrolable por más que los entrenadores insistimos en que así sea. Durante los más de 90 minutos que dura un partido -crónica del resbalón en A Malata- es prácticamente imposible tener atadas todas las variables que se dan. Y en ese descontrol es donde se ganan y se pierden puntos, normalmente. Paredes enganchó una volea que se colaba hasta que Mackay evitaba el gol (minuto 83). Sam Pettie corría por la banda izquierda y se presenta ante Miguel al que reta con un tiro potente y cruzado que el capitán blanquirrojo despeja a córner (minuto 84). Heber se la lía a Miguel Santos, cede atrás y Borja Domínguez, entrando en segunda línea, marca el tanto de la victoria (minuto 85).

Tres minutos y tres ocasiones de gol. El acierto decide y mientras que los blanquirrojos se frotan las manos ante el paradón de Mackay, los ferrolanos hacen piña entorno a Borja Domínguez por prácticamente asegurarles el triunfo ante uno de los gallos de la categoría, un UD Logroñes que no pudo repetir las sensaciones mostradas siete días ante el Compostela. Si el madrileño se hubiera estrenado como goleador el resultado habría sido otro aunque las sensaciones, al menos para un servidor, son idénticas. Porque el marcador, favorable o negativo, no debe hacer perder el norte.

Lo de la afinar la puntería sí que debería mirárselo este equipo. Si ante el Compostela encumbró a Pato, además de dos largueros y un poste, este domingo le tocó el turno a Mackay, más un nuevo poste. Es como si la UDL necesitara de un sinfín de oportunidades para atinar. Cuestión de que entre la pelotita, dirían algunos. Lo positivo, sin duda, es que se generan esas ocasiones. Lo negativo es que en esta categoría -el fútbol en general- las ocasiones no suman sólo los goles importan. Cruel porque el trabajo de un equipo no se enfoca exclusivamente en el remate final, aunque también, sino en la manera de llegar a encontrar el remate. 

Entra entonces la palabra equilibrio, esa que utilizó Carlos Pouso para indicar qué quiere de su equipo. SI el ataque falla -bien porque no se llega bien porque no hay acierto-, al menos la defensa debe mostrar su mejor versión. En el debut, el Compostela, ausente tras los primeros 20 minutos, se mantuvo vivo en el partido hasta que llegó el 2-0 en el minuto 60. Es decir, 40 minutos soberbios de los riojanos en los que no lució por falta de gol. Pero al menos, ese día Miguel pasó desapercibido porque el equipo exhibió seguridad defensiva y salvo en la recta final no permitió casi ni un remate claro a su oponente. Pero en A Malata eso no fue así.

Siete ocasiones de gol del Racing de Ferrol

Hasta siete oportunidades hicieron los hombres de Miguel Ángel Tena. Dos goles, un tiro al poste con Miguel ya batido, dos buenas intervenciones del meta logroñés y dos llegadas 'in extremis' de Paredes para evitar casi dos tantos cantados. Y todas ellas, como ocurre en muchas ocasiones, por desajustes defensivos. Ahí tiene tajo Carlos Pouso para tratar de evitar que se repitan, de hacer más seguro a los suyos. Cierto que el no contar con un lateral específico hasta el momento -quizá Edu Payá sea la solución- se acuse cuando enfrente hay extremos habilidosos, con desborde, rápidos y con movilidad. Julio Rico -debería apuntar a central o centrocampista en próximas citas si se recupera de sus molestias- cumplió gracias a su oficio, pero por sus características sufre ante oponentes pequeños y escurridizos. Miguel Santos, pese a que ejerce de lateral, no ofrece la solvencia atrás que debería un '2'.

Heber y Joselu, artífices de resquebrajar por momentos a los blanquirrojos, plantearon dudas a la zaga riojana. Borja, expeditivo si logra anticiparse, es más vulnerable si le mueven de sitio, como hacía constantemente Heber. Santelices, por su parte, no está a su mejor nivel, desconozco si es cuestión física y de confianza, pero el cántabro no se encuentra como en la recta final de la temporada pasada. Cuestión de tiempo. Mientras que Paredes es correcto por momentos y clave, en otros, para cerrar cuando el rival trata de acomodarse para marcar (gran puntera para evitar el remate a placer de Heber en la primera parte y soberbia carrera para provocar el fallo de Marcos Álvarez con todo a favor en el inicio de la segunda mitad). Mientras que en el medio, Jacobo, crucial para entender ese equilibrio que busca Pouso, tuvo menos protagonismo y eso no es bueno, mientras que Adrián León se diluyó con mucho trabajo, pero poca recompensa.

Y aun así se pudo sacar algo positivo de A Malata y no hubiera sido injusto. Pero está claro que, sobre todo, como visitante este UD Logroñés debe exigirse más. Que de los cuatro hombres que pueden desatascar los partidos, sólo apareciera uno (Titi), y a cuentagotas, no es un buen indicador. Íker Alegre, de no haberse topado con el poste a los 4 minutos, hubiera pasado desapercibido. Pere Milla, de no mediar la última falta lateral que repelió Mackay con los puños, y Jordan, salvo una chilena que intentó, nunca pudieron con la defensa ferrolana. Titi fue la excepción. Apareció en cinco ocasiones. En la primera, puso un centro a Íker Alegre de lujo (balón al poste); en la segunda, robó y probó fortuna con un tiro cruzado; en la tercera, probó al meta rival con un tiro desde la frontal; en la cuarta, se gustó con un lanzamiento de falta directa que se coló por la escuadra; y en la quinto, asistió, con un centro pasado, a Paredes para el lucimiento de Mackay. 

Así es complicado buscar continuidad, ritmo y velocidad en las acciones. Máxime cuando el equipo va a remolque, como sucedió pasada la media hora tras el tanto de Peláez -el origen de la acción vino tras una duda de Paredes por ir o no a tapar la salida de Gallardo-. Con el 1-0, al UD Logroñés le costó llegar. Pouso arriesgó dejando a Jacobo como único sostén en aras de mayor juego entre líneas con Joel Valencia buscando las cosquillas, pero el ecuatoriano no cuajó ante la dinámica del duelo. Pese a ello, la UDL dio un arreón con varias oportunidades consecutivas: un tiro de Paredes, un remate de Julio Rico -previamente buscó fortuna con un tiro que se fue alto- de cabeza que sacó Borja Domínguez bajo palos, una chilena forzada de Jordan... -hasta que vino la obra de arte de Titi.

Entonces el Racing de Ferrol se estiró y el técnico vasco puso en escena a Birane Ba. La intención era quitar a Pere Milla para poblar el centro del campo y esperar alguna oportunidad a la contra, pero las molestias de Julio Rico provocaron que el leridano continuara en el campo además de que Miguel Santos pasara al lateral. Sin embargo, el debut del senegalés no surtió efecto. Y parecía que sí cuando Paredes se ilusionó con el gol, pero el tanto de Borja Domínguez, a 5 minutos del final, languideció el ánimo de los riojanos. Incluso en ese clima, y a la desesperada, el UD Logroñés lo intentó y Pere Milla gozó de la última con una falta lateral que despejó con los puños.

Semana de penitencia, como casi siempre que se pierde, para un equipo que no debe perder la perspectiva, que tiene que arreglar y solucionar los fallos para intentar que no se repitan este sábado ante un Coruxo que es líder del grupo y que querrá hacer dudar a un bloque poco acostumbrado a irse de vacío de los campos.

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