martes, 15 de julio de 2014

Muy buena pinta

Pues eso, que tiene muy buena pinta. Y eso que hoy -martes- ha sido el día en el que ha empezado a andar (hay horas de trabajo previas) la Unión Deportiva Logroñés, único representante riojano en Segunda B. Es como si la llegada de Carlos Pouso, nuevo entrenador, en su primer día de corto, hubiera insuflado aire fresco. Lo ha hecho. Aunque si por algo hay que destacar estos meses sin fútbol regional, es por una sensación extraña que rodea a este club: la ilusión. Es como si apostar por Pouso fuera sobre seguro. Su llegada ha provocado que a la seriedad de la entidad como pagadora mensualmente, una cuestión que debería ser normal, se le une la coherencia y el sentido común (que no quiere decir que antes no la hubiera) que desprende el inquilino del banquillo blanquirrojo. 

De esa manera, con naturalidad y cercanía, todo apunta a que la UDL quiere ser uno de los referentes del grupo I, en el que según lo previsto, a falta de que la Real Federación Española de Fútbol lo ratifique en su asamblea general anual, volverá a repetir con asturianos, gallegos, cántabros y castellano leoneses. Lo va a hacer aunando nombres de prestigio en la categoría; ahí está la lista de fichajes: once por el momento. Futbolistas que aterrizan en Logroño motivados por varios aspectos: el reto deportivo, la llamada de Pouso, la posibilidad de un ascenso (con el que muchos sueñan) o de por lo menos completar la mejor campaña del club (si logra meterse en la fase de ascenso será un hecho), la fama de la entidad, jugar en un campo como Las Gaunas, los servicios que ofrece la ciudad... todo suma y pocas cosas restan.

Por el otro lado, Pouso ya ha puesto las cartas encima de la mesa. No rehúye su responsabilidad. Asume que viene para dar un salto de calidad a un club que, por unos motivos u otros, no acaba de explotar. Reconoce que sólo puede ofrecer trabajo y que lo demás vendrá por sí solo. Incluso añade que, como todo en esta vida, siempre hace una pizca de suerte, pero ésta hay que buscarla. Hasta la fecha, se ha rodeado de buenos mimbres. De la temporada pasada continúan siete jugadores (cinco de ellos riojanos): Miguel, un portero discutido en la grada, pero que fue a más con el paso de la campaña; Herreros, central o lateral, si la ocasión lo requiere, que demostró solvencia en la retaguardia; Zubiri, un comodín para la parcela defensiva repleto de ilusión y con mucha energía; Sergio Martínez, un lateral zurdo de garantías con vocación ofensiva; Moisés, un centrocampista con cualidades que necesita un poco más de confianza en sí mismo para demostrar su valía; Goñi, un cerebro que juega y hace jugar a sus compañeros, con llegada y carácter dentro del campo; y Ubis, delantero o extremo fajador que, sin embargo, no cae bien a algún sector de la grada.

A ellos hay que añadir las once incorporaciones, jugadores, en muchos casos, contrastados, con solvencia y experiencia suficiente en la categoría que, en su inmensa mayoría, cuenta con una característica común; la polivalencia. Una palabra clave para entender el fútbol que le gusta a Pouso (personalmente comporto la idea de contar con futbolistas que puedan actuar en diferentes demarcaciones), que no es otro, como él mismo ha apuntado, hacer goles y que no te marquen. Luego aparecen esos grandes matices que diferencia al buen equipo del mediocre. Estos son los nuevos: Ander Gago, lateral diestro que viene del Guijuelo; Julio Alberto Rico, polivalente futbolista llegado de la Cultural Leonesa que pese a preferir ocupar el lateral derecho, también puede jugar de pivote o de extremo; Mikel Abaroa, centrocampista que deja atrás el Real Unión; el central Moisés García, que viene del Ourense; Álex Santelices, un central joven que procede del Tropezón; Jacobo Trigo, referencia en la medular en el Zamora; Miguel Santos, otro futbolista polivalente que llega desde Zamora; Titi, extremo lleno de velocidad y desborde, como ha demostrado en el Marino de Luanco los últimos años; Íker Alegre, otro extremo habitual en fases de ascenso que viene del Ourense; y Juan Carlos Menudo, el que parece llamado a ser uno de los '9' del cuadro riojano y que procede del Cartagena.

A esta lista de nombres se le unen los seis chavales que la temporada pasada estuvieron en el juvenil División de Honor, que deben convencer a Carlos Pouso para que les dé una oportunidad en la categoría de bronce: Ángel, Michel, Arza, Nika, Héctor y Muri.

Hoy empiezan los entrenamientos, o lo que es lo mismo, la primera piedra para que esta UDL comience una campaña ilusionante, un aspecto casi olvidado por estas tierras. Sin embargo, ahora viene lo más difícil, concretar sobre el terreno de juego unas expectativas ambiciosas... y eso en este club no ha sido fácil de sobrellevar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario